¡Hola cantantes! ¿Por qué el ser humano canta nanas?¿Para qué sirve ponerle música a los bebés?¿Cómo tiene que ser una buena nana?¿Los bebés tienen preferencias musicales? Me llamo Marina Guerrero, soy musicoterapeuta, musicóloga y profesora de canto y hoy te voy a dar las respuestas a todas estas preguntas, así que si tienes niños pequeños en tu entorno, si tienes un embarazo de más de cinco meses o una amiga tuya está embarazada, si trabajas con niños o si simplemente quieres hacer una cover versión nana de alguna canción o cantarle a tu niño interior, ¡quédate hasta el final!
Lo primero que vamos a hacer va a ser aprender cómo tiene que ser una buena nana y cómo componer una según la ciencia, y después vamos a aprender por qué es tan importante cantar nanas a los bebés y a los no tan bebés (de hecho si sigues estos pasos vas a poder crear música muy agradable para el público general porque al final todos tenemos un bebé interior, todos somos seres humanos y todos respondemos de manera similar a los estímulos musicales). ¡Vamos a ello!
Según diversos experimentos científicos, hay que tener en cuenta 5 puntos para que una nana le guste a un bebé:
Que se la cante su madre. Los bebés prefieren la voz materna por encima de cualquier otra cosa, ¡llevan oyéndola desde cuatro meses antes de nacer!
Que tenga un tempo (es decir, una velocidad a la que va la música) intermedio, cercano al latido cardíaco. Los bebés no saben diferenciar entre tempos extremadamente rápidos ni extremadamente lentos, y, sin embargo, se les da súper bien reconocer sonidos que les son familiares. ¡Llevan entrenando la memoria musical desde que son fetos! El ritmo del corazón les resulta reconfortante. Hablamos de entre 60 y 90 bpm.
Que sea aguda. Hay mucha controversia con esto, pero parece que está demostrado que los bebés prefieren canciones con tonos agudos.
Vamos a añadir dos pasos adicionales para concretar basándonos en un modelo de musicoterapia que se llama RBL, las siglas de Rhythm, Breath and Lullabies y que se suele utilizar en UCIs neonatales pero es muy sencillo y existe evidencia de que funciona, así que lo puede aplicar cualquiera que sepa un poquito de música. De hecho hace unos meses, en noviembre, hice mi primer taller de musicoterapia en una escuela activa con madres, padres y bebés y lo pasamos genial y yo creo que fue útil. Aquí me tenéis a mí, toda contenta, tocando el piano para un montón de bebés. La creadora de este método, Joanne Loewy, nos propone dos pasos adicionales a los que ya teníamos a la hora de cantar nanas y nos explica muy bien por qué dar estos dos pasos más.
Que la música esté en ritmo ternario. No importa si es la división o la subdivisión lo que es ternario, pero tiene que estar ese ritmo ternario por ahí. Tranquilidad, que esto parece muy complicado y muy técnico, pero es muy fácil. Luego lo vamos a ver con un ejemplo para que lo entiendas mejor, pero básicamente es que donde cabían dos pulsos ahora vas a meter tres y vas a adaptar el ritmo de la canción a esa nueva métrica. ¿Por qué ternario? Porque el método RBL se basa en la premisa de que los bebés se calman al escuchar sonidos que les son familiares. Y ¿qué le es familiar a un bebé si ha vivido poquísimo tiempo y ha tenido super pocas experiencias? Pues ¡los sonidos que escucha desde el vientre de la madre! Los sentidos de los seres humanos no funcionan desde el parto sino desde que los órganos están completamente formados y eso implica que los bebés escuchan perfectamente desde el quinto mes de embarazo. Es más, se ha comprobado que los bebés oyen por sí mismos con sus propios oídos, no responden simplemente a los estímulos que recibe la madre: hay un experimento muy conocido a este respecto en el que taparon los oídos de un grupo de embarazadas y pusieron música cerca de las barrigas y los bebés reaccionaban. Entonces, nuestra pregunta no debe ser si los bebés escuchan, sino ¿qué escuchan los bebés dentro del vientre materno? Les llegan sonidos desde fuera pasados por la pared del vientre materno, pero Además tienen todos los sonidos del cuerpo de la madre. Esos sonidos son RÍTMICOS. El corazón, aunque dé dos golpes, late en ritmo ternario. Además, otro sonido que propone este método RBL es el de las olitas que los bebés oyen dentro del líquido amniótico. Para encontrar este sonido, los científicos metieron micrófonos en las vaginas de mujeres (lo sé, es un poco raro) y averiguaron que el instrumento que más parecido suena a eso es el TAMBOR OCÉANO. Lo bueno del tambor océano es que, como la mayoría de los instrumentos que se utilizan para musicoterapia, se puede hacer en casa con materiales reciclados. Hay un chico aquí en Youtube que se llama El Caldito que tiene un video en el que nos enseña a hacer tambores oceáno y da muchas alternativas como cartones o incluso una caja de pizza, así que os recomiendo muchísimo que vayáis a su canal, que os dejo por aquí.
Que sea música que te guste A TI. El canto de nanas no sirve solo para ayudar a la regulación emocional del bebé, también ayuda a su cuidador y una de las cosas más guays que tiene la música es que une a las personas. Hay que enseñarle a los bebés tu cultura.
Si quieres ver un ejemplo práctico aplicando todos estos pasos, entra en el video de youtube.
Todos los seres humanos nacemos con la música dentro independientemente del lugar del mundo en el que lo hagamos. No se sabe por qué exactamente, hay varias hipótesis, pero lo que está claro es que la música, en forma de ritmo, es lo PRIMERO que existe para el ser humano porque lo primero que hacemos como personas dentro del vientre materno es escuchar el latido rítmico del corazón y el ritmo de la respiración. La escucha y, sobre todo, la creación musical son uno de los estímulos que más áreas cerebrales activan al mismo tiempo. La música es capaz de provocar muchos tipos de reacciones en los seres humanos. Puede ponerte la piel de gallina, acelerar o ralentizar tu pulso e incluso se ha demostrado que puede reducir el dolor y regular tu estado de ánimo entre muchas otras cosas.. Imagínate lo que puede hacer este estímulo tan beneficioso en los adultos en un niño pequeño.
Te animo muchísimo a cantar nanas a tu familia, sean niños o no, y a convertirlo en una actividad recurrente porque además la música es compartir y ayuda a fortalecer el vínculo entre las personas. Si te ha gustado el post, compártelo con las personas a las que creas que les puede ser útil.
¡Hola! ¡Me ha encantado tu vídeo y tu artículo!
Una opinión: Mozart es parte de nuestra cultura, aunque sea del siglo XVIII. Pienso que, como tú dices, si te gusta, adelante.
Opino que el llamado efecto Mozart también puede tener efectos positivos, ajenos a los más o menos supuestos valores «mágicos» de su música:
su práctica puede ayudar a reducir estrés, fortalecer vínculos, liberar endorfinas, etc. Todo ello en beneficio del bebé, igual que si, en vez de Mozart,
se escucha a cualquier otro compositor.
¡Muchas gracias!
¡Salud y Música!
Tote