Como sabes, en bardoescueladecanto.com creemos en una formación integral de los cantantes, de manera que consideramos que para hacer una buena interpretación debéis conocer bien las obras y su historia. Por eso, hemos impartido este curso monográfico gratuito de cuatro episodios centrado en la música en el espacio y tiempo de la URSS.

En este primer capítulo vamos a dar las claves fundamentales del contexto histórico, social y cultural en el que vivieron estos compositores, sin entrar en política, que no es nuestro campo. Primero trataremos brevemente la Revolución Rusa y después hablaremos de cómo era la música en Rusia en líneas generales.

La Revolución Rusa

¿Has visto Anastasia? Es una película que comienza con el derrocamiento del zar de Rusia y el asesinato de toda su familia, los Romanov. Este zar existió, se llamaba Nicolás II y era el líder de un régimen monárquico absolutista y personalista en el que miles de personas morían de hambre cada día a costa de una minoría burguesa.

Ahora, que vivimos en el contexto del coronavirus, en el que mueren muchas personas cada día de manera arbitraria, hemos vivido cómo muchas personas de determinado signo político han salido a hacer manifestaciones contra el gobierno de turno. En Rusia ocurrió lo mismo, con la diferencia de que aquí la existencia del virus no es culpa directamente de los dirigentes políticos de España, pero las hambrunas y la pobreza sí que son culpa del gobierno.

Por ese y otros motivos, hubo una serie de revoluciones entre 1905 y 1917. A todo este proceso de más de 10 años lo conocemos como Revolución Rusa. Las revueltas más relevantes para la Historia son las que se dieron en febrero y octubre en la actual San Petersburgo. En estas revoluciones, el pueblo ruso se unió para derrocar al zar y terminó asumiendo el poder el partido bolchevique, liderado por Lenin. Además, en Europa estaba teniendo lugar la Primera Guerra Mundial desde 1914 y Lenin aprovechó su ascenso al poder para convertir la Gran Guerra en una revolución del proletariado a nivel europeo y así legitimar el pedir la salida de la guerra.

La imagen que yo tengo de Lenin, que está condicionada por lo que me han enseñado en el colegio (es decir, la visión, probablemente, de un señor occidental pro imperio americano) es que era un hombre muy íntegro que le dio mucho poder a la clase obrera.

En 1922 se creó la URSS o Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, con Lenin a la cabeza, pero solo pudo gobernar dos años porque murió en 1924.

Mientras tanto, Stalin, que era el secretario del Partido Comunista, se fue haciendo cada vez más influyente hasta terminar haciéndose con el poder. Su régimen, según nos cuentan, fue muy opresor tanto con otros políticos como con el pueblo ruso. De hecho, se habla de que se tuvo que quitar del medio a Trotsky, mano derecha de Lenin y heredero lógico del poder, desterrándolo a México y luego mandándolo matar.

Se dice mucho que Stalin ejerció esta opresión mediante la creación de los famosos gulags, que eran campos de trabajos forzados, como los campos de concentración alemanes que todos conocemos. Cabe destacar que no se trata de enfatizar aquí que Stalin era muy malo porque eso supondría aportar una visión del asunto maniquea y por tanto errónea: la vida, y del mismo modo la Historia, es una escala de grises y nadie es ni muy malo ni muy bueno en realidad. Los campos de concentración ya existían desde la época zarista. De hecho, el propio Lenin estuvo preso en uno durante tres años por ser de izquierdas. Lo que Stalin sí hizo fue refinar la dictadura revolucionaria de Lenin para convertirla en una máquina omnipotente basada en el culto a la personalidad, el rígido control de los medios y un ejército de policía secreta.

Sin embargo, también hay que decir que gracias al comunismo Rusia acabó convirtiéndose en potencia industrial y por tanto armamentística. Con ello, pudo afrontar sin problemas su entrada a la Segunda Guerra Mundial, que el país termina invadiendo parte de Alemania, con lo que Hitler se suicida y Europa se ve dividida por el famoso Telón de Acero. Stalin muere en 1953 y es sustituido por Jruschev, que utilizó los mismos mecanismos de opresión, pero de una manera mucho más laxa y permitiendo algo más de libertad de expresión y artística.

El realismo socialista (o el arte en la URSS)

¿Cómo vivieron los compositores todo este contexto de dictadura y opresión? Irónicamente, les encantó.

Nos encontramos al inicio del siglo XX, en plena era dorada del jazz, el vodevil y la música de variedades. Con el capitalismo, nace la idea de que la música es un producto que entra dentro del mercado y, por tanto, nace también este tipo de música, orientada exclusivamente a hacer dinero.

También, como te conté en mi video sobre el Canon, es el momento en que surge la Segunda Escuela de Viena y la música «clásica» o «académica» se separa del público general.

Por estos dos motivos, nadie apoyaba a los compositores de estas músicas y ser compositor empezó a convertirse en una excentricidad fantástica a la que solo los genios pueden aspirar.

Hitler y Stalin vinieron a rescatarlos como si fueran Supermán patrocinándolos mediante subvenciones y asociaciones culturales. Incluso en los campos de concentración nazis había asociaciones de músicos.

A Lenin no le gustaba la música especialmente porque consideraba que era un asunto burgués, pero su «ministro de educación» Lunacharsky, dramaturgo y artista de performance entre otras cosas, protegió especialmente el teatro y salvó muchos edificios históricos que los bolcheviques querían destruir apelando a su valor arquitectónico, y el grado de alfabetización de Rusia, es decir, el porcentaje de personas rusas que sabían leer y escribir, llegó a máximos históricos durante su mandato. Su visión del arte fue determinante para la música, pues vio en ella una forma de propaganda e ideó junto con otros artistas lo que hoy llamamos Realismo Socialista.

El Realismo Socialista es una corriente artística que busca hacer un arte al servicio del pueblo y que ayude a las personas a aprender. Esta corriente se extendió a todas las artes, desde la pintura hasta la música. En música, supuso un rechazo a las vanguardias. La música vanguardista no quiere decir nada y no se entiende, lo cual es peligroso y burgués. Este realismo socialista se exportó a todos los países socialistas (China, Corea del Norte…) y aún sigue vigente en muchos lugares del mundo. Por ejemplo, la idea de que el arte debe estar al servicio del pueblo hoy pervive en Venezuela en una de las orquestas más importantes del mundo, la orquesta Simón Bolívar. Esta orquesta busca que la gente disfrute de la música clásica y así sacarla de lo académico. Por ello, ¡los músicos danzan! Además, todos ellos llevan un uniforme oficial con la bandera de Venezuela, su país, para que aquellos músicos que no puedan permitirse comprar un traje no tengan ningún problema. En Venezuela hay un gran sistema de enseñanza musical al que cualquiera puede acceder y, gracias a su esfuerzo, terminar en la Orquesta Nacional.

https://www.youtube.com/watch?v=y36xmzYpujc

Stalin, por su parte, era una persona muy inteligente que disfrutaba con la literatura y las artes. Le gustaba mucho la música, iba a muchos conciertos y escuchaba la radio, ¡pero, por supuesto, también era un dictador que creó un régimen basado en el culto a su persona! tenía la irritante costumbre de llamar de noche a los músicos, que en ocasiones esperaban esa llamada durante noches enteras con la sensación de que la policía secreta iba a llamar a su puerta en cualquier momento para llevárselo al gulag.

Shostakóvich era un compositor enclenque y tembloroso que hablaba bajito, pero cuyas obras causaban sensación. ¿Lo llegó a llamar Stalin? Descúbrelo en el episodio 2 de esta serie.